Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas https://jaysonheci951118.blogars.com/37188009/zidane-y-el-cabezazo-que-definió-su-despedida